lunes, 24 de agosto de 2015

Decisiones del escritor en la textualización

Etapas de la escritura

  • Planificación: generación de ideas, organización, formulación de objetivos.
  • Puesta en texto: proceso que corresponde a la construcción de un texto aceptable, comunicable y eficaz.
  • Revisión: evaluación de lo hecho, corrección

En la traslación de las ideas planificadas a palabras, el escritor tiene que tener en cuenta al lector modelo o auditorio al que se dirige y el portador social donde el escrito será publicado (situación retórica). De acuerdo a estas limitaciones del contexto y a sus objetivos comenzará a escribir. Para ello seleccionará el registro y las palabras más adecuadas y las ideas que irá poniendo. Es probable que también rectifique lo planificado.

Al escribir, se deben tomar decisiones en distintos niveles: pragmático (situación retórica, intencionalidad), semántico (elección del tema) y de superficie (aspectos relativos a la cohesión textual (conexión entre los elementos semánticos y sintácticos).


Coherencia textual: macroestructura – informatividad - superestructura

Todas las decisiones que el escritor toma en la textualización tienen que ver con el intento de sostener la coherencia (un sentido claro e inteligible) de la escritura. Esto implica sostener el tema en su desarrollo, atender a las restricciones que impone la superestructura o género elegido, asegurarse que la información del texto avance cohesionar los elementos semánticas del texto, conectar los datos de manera implícita o explícita, planificar las oraciones, seleccionar el léxico y registro, y demás. 

Se trata de construir un texto que guíe en su lectura al lector y lo ayude a seguir el hilo del discurso.

El escritor debe sostener el tema del texto, es decir lo que produce tiene que tener unidad semántica.  Se llama macroestructura a la unidad semántica de un texto. Es lo que permite que un escrito aparezca como un todo coherente.

El escritor, en este sentido, tiene una doble función: debe hacer avanzar o desarrollar el tema del que escribe y , al mismo tiempo, debe regular que no se pierda en el cúmulo de informaciones que se da.

La coherencia  puede ser  global o lineal. La  coherencia global está   dada por la progresión temática y controlada por la macroestructura o tema general de un texto.

Cada microestructura, o unidades de sentido menor que  pueden coincidir con el párrafo en un texto, deben estar conectadas con la estructura global o macroestructura desde el punto de vista semántico.

La coherencia lineal  establece los vínculos semánticos de pertinencia entre las diversas proposiciones de un texto  [secuencias].

 Se llama coherencia funcional al vínculo que se establece en una secuencia cuando una proposición explica, contrasta, corrige o presenta una alternativa con respecto a la proposición anterior.

Juan llegó tarde. Tenía que pasar por la casa de   su abuela antes de venir para acá. (explica)

Juan no pudo ir al cine. Miguel sí. (contrasta)

No desprecio tu invitación. Me siento mal y no estoy en condiciones de salir. (corrige)

Pedro estudió toda la noche. Podría haber estudiado de mañana. (presenta una alternativa)

Se llama coherencia condicional cuando entre una proposición o la que la sigue se establecen vínculos de causalidad o consecuencia..

Juan regresó tarde porque se quedó con los amigos. (causalidad)

María bailó tanto que se ampolló todos los pies. (consecuencia)

La coherencia local está controlada por la coherencia global, que surge de la hipótesis que el lector elabore con respecto a cuál es la macroestructura del texto [tema general]. Es la fidelidad a este tema la que va controlando qué se  puede incluir en un texto y qué se debe desechar porque no es relevante o no está conectado con él.


Es condición de todo texto la informatividad, es decir, el equilibrio entre lo conocido y lo nuevo.  En el intento de lograrla el escritor se debate entre el sobrentendido y la redundancia.  Está lo que se dijo en el texto y lo que se presupone que el lector ya sabe. El avance de la información no solo tiene que ver con lo dicho sino con lo presupuesto, que deberá reponer el lector en su lectura. El contenido de un texto siempre es una interacción entre lo que dice y lo que no dice (lugar del lector).

Hay diversas maneras de hacer avanzar el tema. En un texto narrativo se lo hace agregando sucesos que tienen una relación lógica entre ellos. En una noticia, a través de relaciones temporales, lógicas y de una jerarquización que va de lo general a lo particular en cada proposición.  En un texto expositivo, a partir de la expansión y amplificación del tema (por ejemplificación, justificación, paráfrasis, etc.)

Así como la macroestructura es el resumen o la estructura de significado de un texto, la superestructura es un conjunto de convenciones que son reconocidas por su uso social y sirven de marco tanto para la lectura como para la escritura (convenciones de género o de formato, constituyen horizontes de expectativa del lector y del escritor). Hay macroestructuras más flexibles (nota periodística) y otras fuertemente convencionalizadas (contrato). Por esto, el escritor atiende simultáneamente a la organización del contenido que quiere comunicar y a las convenciones de la superestructura, propia del texto que escribe.

·        Modos de hacer progresar o avanzar el tema:  incluir voces o discursos ajenos

La voz ajena, diversa de la voz del sujeto de la enunciación, rompe la continuidad del discurso. Por esto es necesario marcarla a través del uso de comilla o de algún recurso  tipográfico que advierta de su presencia en el texto.  Otra manera de incluirla, cuando se trata no solo de una palabra sino de un enunciado más completo, es a través de tres estrategias:

  1. uso de discurso directo
  2. uso de discurso indirecto
  3. uso de discurso indirecto libre

Cada uno de estos discursos tiene características propias. En el discurso directo se mantiene la autonomía de la voz ajena por eso se la cita entre comilla y se emplean los dos puntos (Juan dijo: “no iré). En el discurso indirecto la palabra del otro es incluida en la propia usando una subordinada y alterando el tiempo del verbo en lo que se dice que dijo (Juan dijo que no vendría). El discurso indirecto libre se usa en literatura y consiste en usar el discurso indirecto pero suprimiendo las marcas que lo anuncian (no vendría).

·        Estrategias de legibilidad textual

Dividir el texto en párrafos, poner título a las diferentes partes del escrito, destacar de algún modo zonas del texto (cambios tipográficos, subrayado), usar conectores que expliciten el tipo de relación entre las partes del discurso o cómo se organizó (en la primera parte…. en la segunda ….), recapitular, etc. son estrategias para hacer más claro el sentido de un texto.

La división en párrafo ayuda a la lectura porque supone una distribución gráfica en la hoja y espacios en blanco que pueden ser los lugares en que el lector se detiene para reflexionar, antes de seguir leyendo.

Los párrafos iniciales y finales son de vital importancia. El comienzo de un texto condiciona todas las elecciones siguientes y es el que juega con la posibilidad de atrapar al lector e interesarlo.

El párrafo final o epílogo tiene que ver con la necesidad de poner una clausura al texto, y hay varios recursos que anuncian el fin: la síntesis de lo desarrollado, una conclusión, un interrogante que vuelva sobre lo dicho o refuerce el sentido.  El final debe sostener la coherencia de todo el escrito.




·        Cohesión textual
Así como la coherencia tiene que ver con la “profundidad de un texto”, la cohesión se relaciona con su “superficie” (son metáforas el texto no tiene  carozo como el durazno es una cebolla).

La cohesión es un fenómeno que establece relaciones  en forma de red  en la superficie discursiva del texto. Si bien la cohesión  establece relaciones de carácter semántico, a nivel del significado, se manifiesta a nivel gramatical [morfosintáctico] y léxico [vocabulario].

Entonces podemos decir que el concepto de cohesión es semántico, se refiere a las relaciones de significado que existen dentro de un texto y que lo definen como tal. La cohesión se produce cuando la interpretación de algún elemento del texto depende de otro elemento. Cuando ocurre esto se produce una relación cohesiva entre el elemento que presupone  y el elemento presupuesto.

Sin cohesión no hay texto. Un discurso sin cohesión  estaría constituido por una serie de palabras  inconexas entre si.  La cohesión es una relación entre proposiciones que constituyen una secuencia a nivel semántico.

Operaciones de cohesión :

Lave seis manzanas. Póngalas en una fuente para hornear.

En la segunda oración queda claro que “las” se refiere anafóricamente a  la palabra “manzanas” .  Decimos, entonces, que  estas dos oraciones se pueden interpretar como un texto porque  hay entre ellas una relación de correferencialidad: las es el referente y  manzanas lo referido.


Lave seis manzanas. Ponga  las manzanas  en una fuente para hornear.

En este ejemplo  la cohesión se produce por repetición de palabras acompañadas por un artículo determinante las. Una de las funciones del artículo es señalar la identidad de una palabra con otra que ha aparecido anteriormente.

Se llama ligadura a la relación de dos elementos cohesivamente relacionados.

Clases de cohesión

a. Cohesión gramatical:   referencia
                                           elipsis

b. Cohesión léxica:            conjunción
                                          reiteración de palabras idénticas, sinónimos, metáforas, etc.

# A veces el tono puede ser un elemento de cohesión, en el discurso oral.                                         


a. Cohesión gramatical


A.1. Referencia

Existen cierto tipo de palabras que no tienen significado propio sino que necesitan otro elemento para poder ser interpretados, o para saber a qué se refieren. Estas palabras son los pronombres personales, demostrativos, relativos, posesivos, etc. [ clase de palabra a nivel semántico].

La referencia puede ser endofórica, dentro del mismo texto, o exofórica con respecto al contexto.

Tres ratones ciegos. Míralos cómo corren.   Los   a  tres ratones ciegos

El señor Pérez fue al campo en un día de lluvia y se metió en el barro hasta la cintura. Nunca más quiso regresar allí.   Allí se refiere a campo

Había dos pájaros en un árbol. Llegó otro y fueron tres.      Otro  se refiere a  campo                  

Estos pronombres indican que la información debe buscarse en  otro lugar.


A.2. Elipsis

Se refiere  a aquellos casos en los que hay un elemento que sirve como fuente de información de lo que falta. Siempre que hay elipsis hay un vacío que debe llenarse con información. La elipsis puede ser  nominal, verbal, proposicional y oracional.

Cuatro perros lo siguieron y después otros cuatro.  Cuatro actúa como núcleo por elipsis de perros, en  la segunda proposición.   Elipsis nominal


Tu amigo se recibió de abogado en tres años. Es muy estudioso. Hay una construcción entera elidida : [ tu amigo] sujeto tácito, en la segunda proposición     elipsis proposicional


-¿Has  nadado ?
- Sí.    Aquí hay elipsis verbal [ he nadado]

b. Cohesión   léxica

A.3.Cohesión por reiteración

En este caso el efecto cohesivo se logra por la selección de vocabulario.

El ministro renunció. No el hombre no lo hizo.


A.4. Cohesión por conjunción

Principales conectores: los conectores  expresan relaciones semánticas entre oraciones. Constituyen una de las estrategias más ricas de cohesión. Expresan relaciones lógico-temporales, lógico-causales, de condición, de concesión, de finalidad, de restricción, de ubicación, de orden, de progresión…

porque, ya que, puesto que, debido a que, a raíz de, por eso, de ahí, por esta causa, por lo dicho, para, con el objetivo de, a efectos de, añadamos a esto, y/e, más tarde, mientras, cuando, en tanto, si, siempre que, con la condición de que, sin embargo, empero, así, de la manera como, en cambio, lo que quiere decir,  primer lugar, en segundo lugar, anteriormente, en conclusión, sintetizando, resaltemos que, incluso, aun …

·        Sintaxis

Cada oración del texto está limitada por aquella que la precede y, al mismo tiempo, debe estar ligada a ella. La ligadura se expresa en la superficie por medio de conectores, pronombres y artículos definidos. 

Mediante la planificación oracional, el escritor dispone del orden sintáctico que mejor se adecue al contenido semántica, al género discursivo, al efecto que desea lograr.

En el código escrito se usan estructuras más complejas, lo que hace necesario el uso de proposiciones subordinadas y, en consecuencia, un mayor cntrol sobre del nivel lógico-semántico. En cuanto al uso de los tiempos verbales, el régimen de correlación temporal, indica de qué manera se deben relacionar los de la proposición principal con los de la subordinada.

Fuentes: Alcira Bas, Irene Klein, Liliana Lotito, Teresita Vernino, Escribir:apuntes sobre una práctica
Teum Van Dijk, La ciencia del texto, Buenos Aires, Hachette, 1998.




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